jueves, 1 de marzo de 2012

Audrey Hepburn



                     La princesa Anna (Audrey Hepburn) se encuentra en Roma en visita oficial. Cansada de sus obligaciones y de la soledad de su mundo real, decide escaparse durante la noche y vivir la vida de un ser común y corriente, sin formulismos ni pantallas sociales. Se queda dormida en la calle y es recogida por un americano quien la lleva a su apartamento y la acuesta en su propia cama. El americano resulta ser un periodista llamado Joe Bradley (Gregory Peck), quien se ofrece a hacer de guía para ella en Roma. En un principio, el principal interés de Bradley al reconocerla como la princesa que es, es conseguir una exclusiva de 5000 dólares sobre sus vivencias en su momento sabático, pero sin que ella se dé cuenta y para ello hace que su amigo y fotógrafo le saque fotos a escondidas para después publicarlas y hacerse famoso. Ella está encantada por conocer la ciudad como una persona más. Durante el día que pasan juntos, se divierten, pasan bochornos en la vía pública, van a una fiesta nocturna, surge algo entre ellos hasta que descubren que se han enamorado. Cuando la ausencia de la princesa ya no se puede prolongar surge el conflicto entre el deber y los sentimientos y la princesa debe tomar una dura decisión. Ella se despide de Bradley diciendo que jamás olvidará esos momentos y se besan apasionadamente como despedida final. Bradley decide no publicar las fotos como una forma de respetar la privacidad y los sentimientos albergados mutuamente y en una recepción oficial de la princesa Anna a la prensa, Bradley y su amigo concurren y le pasan las fotos a la princesa quien agradece la confidencialidad y ella devuelve la mirada de amor a Bradley y una hermosa sonrisa, para despedirse en silencio.                            

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